CHROMATIC DISSONANCE
El proyecto surge de la inquietud de Diego Iñiguez y Diego Suárez por hacer o generar música a partir de su propio imaginario visual, es decir, cambiar la percepción clásica de los espectáculos audiovisuales en los que los videos pueden ser audio-reactivos, y darle la vuelta, creando composiciones musicales video-reactivas.
Algunas de las preguntas que surgieron son ¿A qué suena un color? ¿Un determinado movimiento genera sonido?
La primera aproximación a la tecnología utilizada y la primera versión de la performance audiovisual se realizó en la residencia artística celebrada en Media Estruch de Sabadell, de septiembre a noviembre de 2019, en ella se profundizaba en los sonidos creados por las formas y colores, y tenía un carácter ruidista.
RGBdB
De ahí surgió la idea de crear una performance audiovisual donde la música esté generada sólo a partir de los visuales, y se comenzó a abrir colaboraciones con músicos que dieran al espectáculo un carácter más musical, pero sin renunciar a la idea base y su origen experimental.
Hasta el momento hemos colaborado con Diego Laffite, y Ana Fauna:
Diego Lafitte se suma al proyecto para sumar la experiencia musical de su trabajo como director de orquesta, utilizando los sonidos generados en vivo por Diego y Diego, transformándolos en atmósferas de compleja intensidad cargadas de ecos, síncopas, desbordes, breaks eufóricos y bajos corpulentos.
Ana Paula Santana (Ana Fauna) se añade al proyecto para sumar su experiencia musical, utilizando los sonidos generados en vivo por Diego y Diego, usando el error, la repetición, la disrupción y la acumulación como herramientas para crear ambientes musicales.
RGBdB aborda el audio y la sinestesia desde dos perspectivas tecnológicas aparentemente opuestas, ya que una hace uso del código de programación y nuevas tecnologías digitales para traducir formas, tamaños y colores en sonido, mientras que otra utiliza tecnologías obsoletas o casi en desuso para generar audio.
En este caso, las tecnologías, tanto innovadoras como obsoletas, son el vehículo que permitirá la transformación de las composiciones visuales en sonoras; Son, por tanto, una de las piedras angulares sobre las que se construye el proyecto, ya que son intérpretes directas de la transformación de imágenes a música.
Diego Suárez crea visuales analógicos con tintas y reacciones químicas, que analiza en tiempo real con herramientas de computer vision programadas por él mismo, y éstas traducen los colores, las formas y los movimientos obtenidos en sonido.
Diego Iñiguez crea el audio utilizando una cámara de video analógica – apuntando a un tocadiscos modificado con vinilo personalizado – cuyo cable de salida de video se conectará a una mesa de mezclas y pedales de efectos.
En resumen, el proyecto RGBdB de Chromatic Dissonance es una fascinante exploración de la sinestesia y la transformación de lo visual en lo sonoro, que gracias a la colaboración de músicos y la combinación de tecnologías innovadoras y obsoletas, desafía la percepción clásica de los espectáculos en vivo y nos invita a imaginar nuevas formas de interacción entre el arte visual y la música.